Beneficios de las mascotas para los niños – Advertorial

Con la supervisión y la guía de los adultos, un perro o un gato puede convertirse en maestros, amigos y confidentes de los infantes dentro de la casa

 

Desde su sistema inmune hasta su desenvolvimiento ciudadano en el futuro. Son muchos los aportes favorables de las mascotas a los niños, pero el más significativo es el apoyo emocional que brindan.

“Algo muy importante es que se establece un rol de amistad. La mascota es alguien a quien le cuentan sus secretos, con quienes no se sienten juzgados. Por eso es posible ver niños que con problemas de lectura, igual se animan a leerle a los perros o explicarles un cuento”, explica Paula Calvo, la primera doctora en antrozoología de España.

La profesión de esta especialista se encarga de estudiar el vínculo entre los animales y los humanos. En su trabajo ha visto cómo los animales de compañía son un gran apoyo en momentos de crisis, como puede ser el divorcio de los padres. Y es que la sola presencia de estos animalitos les reduce los niveles de excitabilidad y, por tanto, se mantienen relajados.

Beneficios para la salud física 

“Los padres deberían saber que la presencia de las mascotas dentro de la habitación les ayuda a los infantes a regularizar su sueño”, explica Calvo.

De modo que una mascota, bien llevada en el hogar, es un reductor del estrés. Igualmente la exposición temprana a perros y gatos en casa favorece su sistema inmunológico. En la mayoría de los casos se hacen menos propensos a las alergias.

La presencia de mascotas, en especial de los perros, ayuda a los niños a jugar y a mantenerse activos en general. Los paseos con las mascotas, por otra parte, pueden producir serotonina y melatonina. La primera ayuda al control de estrés y la última a regular los ciclos del sueño.

Por otra parte, los paseos en compañía de la mascota pueden favorecer la comunicación con los otros miembros de la familia. Hacer de estas actividades unos pequeños grandes acontecimientos ayudan al buen humor de la mascota y de los niños.

Es importante también contar con los accesorios para los paseos, como arneses y correas, que brinden al perro confort y seguridad. Los niños y demás integrantes de la familia pueden disfrutar de diseños que dejen ver la personalidad juguetona y divertida de ese integrante consentido de la casa.

Formación en valores 

Hacia los 6 años de edad es que comienza a desarrollarse el sentimiento de empatía en los seres humanos. Cuando hay un animal de compañía cerca, estos se convierten en unos importantes maestros.

Explica la doctora Calvo: “Otro aspecto importante es el sentirse, quizá por primera vez en sus vidas, con la responsabilidad de cuidar de alguien. Ese comportamiento cuidador es algo que llevamos intrínseco. Y ese cuidar a otros nos hace sentir a gusto, unos más, unos menos”.

Cariño y responsabilidad, por tanto, son valores que también ayudan a surgir los perros y gatos en los infantes. Y estos son de vital importancia en la vida adulta, incluso en el desenvolvimiento como ciudadanos.

Supervisión de los padres

Por lo antes dicho no se puede deducir que los perros y los niños se entienden de maravillas sin la intervención de los adultos. Todo lo contrario, es la supervisión de los adultos la que favorece una buena relación entre el niño y su mascota, además de con el resto del entorno familiar.

La antrozoóloga advierte que los padres no pueden incorporar un animal de compañía como si fuera un regalo sorpresa. Se tiene que discutir con antelación con los niños. Incluso pactar con ellos asumir responsabilidades, como ayudar en su alimentación, en su cuidado. De lo contrario, se puede correr el riesgo de que vean al gato o al perro como un juguete del que luego se aburran.

Si se le hace seguimiento a la relación entre ellos, es mucho de lo que se pueden beneficiar los infantes.
Simon G
simon@adventures.do