Los Ojos del Jefe

-”!Hoy es tu día! Ya no hay marcha para atrás Cecilia. Toda tu vida has entrenado para este momento. Después de hoy tu vida va a cambiar. No me defraudes.” – este es el diálogo que me repito todos los días, pero hoy siento que lo que más he anhelado pasará hoy.  -¿Por qué?- Porque hoy desfilamos como conmemoración a nuestra independencia para el mismísimo Rafael Leonidas Trujillo Molina. Trujillo, alias El Jefe, es nuestro gobernador. Dicen que él es la mezcla perfecta entre un tirano y ser el santo salvador. Une ménage entre los ángeles y los demonios. Lo han catalogado así debido ha que ha tomado las riendas del país entero desde el 1930 y esto lo ha convertido en el primer hombre de estar en el poder por 30 años y contando. No se puede refutar que es el hombre más poderoso de la isla. En su trayectoria se ha ganado muchos enemigos y no importa cuantas veces lo han tratado de sacar del trono, nadie lo ha derrotado. ¿Cuál es el secreto? Su equipo. Las manos derechas de Trujillo están siempre detrás de cualquier movimiento extraño y nunca han de hacer muchas preguntas, solo disparan. Nunca lo he visto pues en mi pueblo él nunca ha visitado. Algunos dicen que tiene los ojos azules como la playa más cristalina que hay y que su cabello es negro azabache sin indicios de su vejez. Otros dicen que sus ojos ya son de color gris por las almas que ha tomado y su cabello blanco como la nieve. Algo que todos estos rumores coinciden es en su mirada. Sin importar en el color de sus ojos, su mirada es como un hechizo y si tienes suerte de lograr que te mire fijamente a los ojos, tu cuerpo estará bajo su encanto. Si hablamos de sus celebraciones duraríamos hasta mañana, mis padres me viven contando acerca de sus famosas fiestas. Aquí todos amanecen eufóricos y sin parar la gozadera. Se rumora que Trujillo hace estas fiestas en todas las provincias para celebrar a su nueva amada. El ya tiene 30 mujeres por provincias. Y en el día de hoy elige a su 31. Dicen que su mecanismo es elegir a la mujer más bella que hay en el pueblo y por eso es que se hacen los desfiles. Después la corona como la reina de su provincia y en la noche celebran la victoria, tanto de él por conseguir a una nueva mujer y a la muchacha por las riquezas que tendrá a partir de ese día. Si logras ser de las elegidas se rumora  que vivirás una vida eterna de comodidad, elegancia y lujuria. 

Entonces me imagino que me comprenderán si les digo que parada esperando nuestro turno para desfilar, no paro de temblar y sudar. Solo pienso en el calor que me da este atuendo y bueno también en el hecho de que si cometo cualquier error al frente del pueblo entero lleno de las personas de la alta sociedad me convertiré en una vergüenza para mi familia. Por eso todo tiene que salir perfecto para que pueda encontrar mi oportunidad para salir adelante. Ya tengo un plan todo armado. Pues como hoy viene el Jefe por primera vez y los hombres más poderoso del país, todos saben que se hará una de sus grandes fiestas en el pueblo. Mi boleto de partida está en que me inviten a la fiesta para que un hombre de “alta sociedad” se fije en mí y en mí . Y como último paso es tener la dicha de que este me elija como su esposa, se enamore de mi y nos casemos. Así de poco a poco voy mudando mi familia entera para la ciudad y consigo que mis hermanos tengan la mejor oportunidad para también echar para alante. 

Ya es hora. A mi lado veo a la coreógrafa dándome la vista buena para comenzar a desfilar, en otras palabras hacer mi debut ante la sociedad de Azua. Voy debutando y no sé porque, pero algo, lo describiría como un sentimiento que se apodera sobre mi, hace que mire hacia mi derecha. No sé como explicarlo, mis ojos caen sobre la miradas mas poderosa y al mismo tiempo terebrante que jamas había visto. Una mirada tan encantadora que te hace sentir bajo una influencia. Logro dejar de mirarlo y aunque siga mirando derecho, sé que él no me ha quitado la mirada de encima.

No dejo de pensar en aquellos ojos. Sentada aquí con mi familia todavía me siento como si estuviese bajo un poder y por más preocupada que estaba sobre mi plan, algo dentro de mí me dice que no hay de que preocuparse. De manera repentina vuelvo a tener la sensación de subir mi mirada y mirar hacia la derecha. Y ahí están nuevamente esos ojos. No solo me mira de manera detenida y siento como me come con sus ojos pero veo que se está parando y dirigiéndose hacia mi. De poco a poco me voy sintiendo más y más atemorizada. Y ahí está, a 6 centímetros de donde estoy y sin quitarme la mirada de encima me sonríe de una manera peculiar, su sonrisa grita “eres mía”. Él inclina su cabeza en forma de saludo y yo me inclino con reverencia ante él. Y antes de que el se introduzca, ya yo sé muy bien quien es. 

Priscilla De La Cruz
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